Hay lugares que se sienten como casa desde que entras. Rukamalon es uno de ellos.
Y si hay alguien que te puede mostrar eso mejor que nadie, es Camilo.
No porque lo haya diseñado, ni porque sepa todos los horarios (aunque casi), sino porque vive este espacio como quien vive en su barrio favorito: saludando a todos, prendiendo la cafetera, y abriendo puertas que —parece— se abren solas.
El guía de una casa viva
En este video, seguimos a Camilo durante un día completo en Rukamalon. Pero más que una rutina, es un recorrido por un lugar donde pasan cosas todo el tiempo. Talleres, danza, canto, encuentros, risas. Y entre medio, Camilo: ofreciendo un café, ajustando una luz, improvisando una broma o sumándose a una clase.
No hay guión. No hay pose. Solo lo que ocurre cuando la cultura es parte de la vida diaria.
Un espacio donde todos caben
Rukamalon está en Santiago, pero podría estar en cualquier parte donde haya gente con ganas de crear, compartir y sentir que pertenece. Es un lugar donde se mezcla lo artístico con lo humano. Donde puedes venir por una función y terminar cantando en el patio. Donde lo profesional y lo cotidiano conviven sin apuro.
Es ese tipo de lugar al que llegas por una actividad… y te quedas por el ambiente.
Una invitación abierta
Este video no es solo sobre Camilo. Es sobre todos los que hacen posible que Rukamalon exista y funcione como lo que es: un hogar cultural. Un espacio vivo, cambiante, lleno de historias pequeñas que se entrelazan en algo más grande.
Así que tómate un momento, prepárate un café, y acompáñanos en este día común y extraordinario.
💬 ¿Cuál fue tu momento favorito del día de Camilo? Cuéntanos en los comentarios y suscríbete para más historias reales desde adentro.