Todo emprendimiento tiene sus desafíos, y nuestra reciente aventura de renovar el patio no fue la excepción. Después de casi dos años sin un buen mantenimiento, el estado del piso era bastante lamentable. Así que, decidimos que era hora de ponernos manos a la obra y darle una nueva vida a nuestro espacio.
Con la ayuda de Flaquito, quien se encargó de gran parte del trabajo, comenzamos a planear cómo transformar este lugar. La energía estaba a tope, y aunque sabíamos que sería un trabajo arduo, estábamos listos para el reto. La primera tarea fue pintar el patio, y aunque al principio me emocioné con la idea de usar una máquina para pintar, rápidamente me di cuenta de que no era tan fácil como parecía. Las figuras que intentaba crear no quedaban nada redondas, así que decidí dejar esa parte en manos de Flaquito, quien, con su talento, hizo que las cosas avanzaran.
El proceso de pintar fue un gran esfuerzo. Usamos pinturas de alto tráfico en tres colores diferentes, lo que dio un nuevo aire al patio. A medida que el día avanzaba, empezamos a ver los resultados de nuestro trabajo. A pesar de las dificultades, la transformación ya era evidente, y eso nos motivaba a seguir adelante.
Sin embargo, no todo fue sencillo. Parte del trabajo requirió hacer cada uno de los bordes con pincel a mano. Imaginen la cantidad de veces que tuvimos que levantarnos y agacharnos. A medida que avanzaba la noche, el cansancio se hacía sentir, pero la satisfacción de ver cómo nuestro patio cobraba vida nos impulsaba a continuar. A la medianoche, estábamos agotados, pero también emocionados por el progreso que habíamos logrado.
La jornada fue intensa, pero cada esfuerzo valió la pena al ver cómo nuestro patio, antes olvidado y descuidado, comenzaba a transformarse en un espacio acogedor y atractivo. Sabíamos que aún quedaba trabajo por hacer, especialmente con los bordes, pero la motivación estaba presente para seguir con el proyecto.
Así que, si quieres ver cómo quedó finalmente, te invitamos a estar pendiente de la parte dos de nuestra transformación. La experiencia fue un recordatorio de que, aunque el trabajo duro puede ser agotador, los resultados pueden ser increíblemente gratificantes. ¡Gracias por acompañarnos en este reto!