La adolescencia es una etapa clave en la vida. Es un momento donde jóvenes buscan algo más que aprender contenidos: buscan pertenecer, encontrarse con pares que compartan intereses, gustos y formas de ver el mundo. Buscan espacios donde puedan expresarse sin miedo, equivocarse, probar y construir su propia identidad.
Desde mi experiencia personal como joven, y hoy como parte del equipo de Espacio Rukamalon, he podido observar cómo estos espacios marcan una diferencia profunda. En nuestros talleres de violín, teatro, danza y dibujo, vemos llegar a jóvenes tímidos, con dificultades para expresarse o relacionarse, y cómo con el tiempo comienzan a comunicarse de otra forma, a confiar en sí mismos y en su proceso creativo.
El arte se convierte en un lenguaje común. Un lenguaje que permite desarrollar habilidades sociales, enfrentar frustraciones, aprender a dialogar con pares y también con adultos desde una relación más cercana y respetuosa, distinta a la jerarquía tradicional de la escuela.
En este contexto, el Campamento de Verano incorpora un foco especial en jóvenes, con el Taller de Pintura Acrílica, dirigido por Geraldine Fuentes, orientado a adolescentes de 13 a 17 años. El taller contempla seis sesiones, cada una dedicada a explorar distintos aspectos de la pintura, el ensayo y error, la observación y la expresión personal. Además, incluye experiencias fuera del aula, como visitas a museos y espacios públicos, donde el arte se vive y se comparte.
Creemos profundamente que el arte no solo enseña técnicas. Forma personas, fortalece la autoestima, amplía el lenguaje emocional y permite a jóvenes encontrarse consigo mismos y con otros.
Invitamos a madres, padres y jóvenes a conocer estos espacios y ser parte de una experiencia que acompaña, cuida y potencia el desarrollo artístico y humano.